Yo llegué a la iglesia en Santo Domingo en el momento más apreciado de mi vida. Yo tenía sólo quince años cuando fui traído por primero vez a una reunión de la iglesia. Desde ese tiempo hasta hoy no tengo ninguna duda que estoy en el mejor lugar para llegar a ser un vencedor.
La iglesia me ha pastoreado todo ese tiempo, desde 1991, y ahora yo puedo pastorear a otros de la manera que la que yo fuí pastoreado.
Yo llegue joven por medio de mis padres que también llegaron en ese tiempo. Al principio fue un poco diferente, pero luego vi que el Señor tiene Su recobro en la tierra para terminar la era y eso Él lo hace sin ningún tipo de religiosidad. En la iglesia no he visto religiosidad, solo un grupo de hermanos y hermanas que aman a Cristo como su primer amor y les dan a Él la preeminencia.